Más de seis semanas o dos meses, como siempre, respetando el ritmo del pequeño.
Aquí, entre otros masajes, aparece el I LOVE YOU muy útil para los cólicos del lactante y posteriores dolores de barriga.
De las seis semanas a los seis meses
Los masajes, además de ayudar a estrechar los vínculos entre los padres y el bebé, son útiles para aliviar diversos problemas habituales. Este apartado se centrará en:
• Establecer unas rutinas para los masajes
• Aliviar molestias
• Ayudar a que el niño llore menos
A las seis semanas el bebé comienza a ser mucho más receptivo, tranquilo y preparado para un masaje más completo. Ésta es una forma maravillosa para comunicaros y empezar a jugar y divertiros juntos. Puedes incorporar a tus masajes estos nuevos movimientos.
Barriguita
Masajear la barriguita es una forma estupenda de hacer que el bebé se sienta seguro y de ayudarle a aliviar trastornos digestivos como los cólicos y el estreñimiento.
Sí ves que al bebé le gusta, puedes hacerle una serie de movimientos circulares en la barriguita, primero con una mano, y luego con la otra.
“I love you” en la barriguita
Comenzar por colocar la mano sobre el cuerpo del bebé.
(1) Con la mano derecha, haz un único movimiento descendente en la parte izquierda de la barriguita del bebé (tu derecha).
(2) Realiza una ‘L’ lateral, desde la derecha hacia el lado izquierdo del niño.
(3) Realiza un movimiento de “U” invertida, desde la zona inferior derecha del bebé, hacia arriba y luego en horizontal y hacia abajo en la parte izquierda de la barriguita. No te centres en darle la curvatura a la U, si no el seguir el sistema digestivo (ingle, costilla, costilla, ingle)
Pecho
Los masajes suaves en el pecho pueden ayudar a aliviar los problemas de congestión del bebé. Al acariciarle, puede que necesites parar y compartir tus sensaciones con tu hijo, dejando descansar tus manos sobre su cuerpecito.
Con ambas manos en la parte central del pecho, haz un movimiento hacia los laterales como si estuvieras alisando una superficie. Sin interrumpir el contacto visual, desliza las manos hacia abajo haz un círculo y vuelve al centro.
Relajación a través del contacto físico
A cualquier edad y en cualquier momento se puede usar el contacto físico para relajar al niño. A veces los bebés pueden acumular mucha tensión y esta técnica aplicada a los brazos y a las piernas les ayuda a relajarse.
Coge con suavidad los brazos y las piernas del bebé, pidiéndole que se relaje. Háblale en un
tono de voz tranquilo. Cuando veas que el bebé responde, muéstrale que te alegras con una sonrisa
y un beso.
Cara
Los masajes en la cara pueden ayudar al niño a aliviar la tensión acumulada
al mamar o llorar y por las molestias de la dentición. Los bebés imitan tus
movimientos y expresiones. Es un buen momento para miraros a los ojos y disfrutar
de este ratito juntos. Dibuja círculos con la yema de los dedos alrededor de la mandíbula.
Manos
Esta técnica es estupenda para enseñar a tu bebé a relajar las manos. Ábrele la manita con
las yemas de los dedos pulgares, masajea cada dedito entre el pulgar y el índice, y termina acariciando el dorso de la mano desde la muñeca hasta las yemas de los dedos.
Espalda
Además de su efecto relajante, los masajes en la espalda ayudan a reforzar el cuello, los hombros y los brazos, ya que el bebé levanta la cabeza. Existen muchas formas distintas de colocar al bebé para que le empiece a gustar estar boca abajo. Podrás aprenderlas en las clases de masajes para bebés. Con el bebé boca abajo, empieza colocando las dos manos juntas en la parte superior de la espalda, formando un ángulo recto con la columna. Mueve las manos hacia delante y hacia atrás, cada una en una dirección, bajando por la espalda hasta las nalgas, subiendo a continuación hasta los hombros y volviendo a bajar. A continuación realiza un movimiento descendente desde el cuello hasta los pies del bebé.